jueves, 24 de febrero de 2011

Love Today

2 Criticas Indeferentes

¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? Mientras el Cryztales le mira, esas preguntas rondan en la cabeza de Fest. Piensa que es curioso que se pregunte su identidad cuando alguien, plenamente orgulloso de ser llamado Cryztales, le observa. ¿Por qué la i griega y la zeta? Para reforzar y personalizar su identidad. ¿Por qué Cristales? Porque cuando trabajaba de mesero, en sus primeros días, rompía muchos vasos y platos. “Agustín Fest”, o “El Árbol”. Piensa en ellos. De verdad son ambiguos. Cualquiera puede tomarlos y hacer lo que quiera con ellos.

Agustín pensó en los nombres durante el día. Los nombres… los nombres… escucha tantos nombres al día. Hoy, quien sabe por qué, pensó sobre los poderes mágicos de la palabra nominal. Son una llave, un símbolo, que describen una serie de características físicas y mentales. Los padres tienen un enorme poder sobre sus hijos. Los hijos, después, desafían a los padres: “Quiero ser Cryztales”, por ejemplo. Sin embargo, un padre te recordará siempre tu nombre verdadero cuando habla contigo. Ya eres alguien para tus padres desde que naciste. Eres otro para tus amigos. Todos los nombres eres tú.

Fest, se quedó un rato viendo el monitor. El video de un hombre sonriente, como todos los modelos. ¿Todos los nombres son sonrisas? Sonsonete. Una señora dijo su nombre convencida de ser ella misma. Una actriz, vestida de monja, lo dijo como si fuera una plegaria digna. Asintió lentamente. Continuó el tedioso proceso de manzanita c, n, v. Dos nombres y dos apellidos. Todos esos configuran una persona. Diciendo uno, visualizas a la persona, visualizas los recuerdos que tienes con ella. Sonrió brevemente. ¿Cuántos poetas no han hablado de los nombres ya? ¿Escritores, sociólogos, psicólogos, grandes pensadores, niños demasiado inteligentes, los perros que mueven las orejas cuando escuchan el suyo?

El árbol miró a su amigo el cacto de reojo. Se lo encontró en un bazar, y se enamoró. Le llamó Bob. El árbol acarició sus espinas, y sus hojas se llenaron de estas. No se quejó, porque los árboles no hablan. No señor. Aunque los árboles tampoco acaricían. Sólo respiran, y el romántico, cree que observan. Mitificar al árbol. Un testigo silencioso. Los árboles tampoco voltean. Pero este, en particular, lo hizo. Aunque… como quien dice, si nadie escucha al árbol caer y si nadie lo mira voltear, ¿realmente sucedió?

viernes, 18 de febrero de 2011

Vivir de noche.

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Como aquí no existe el tiempo, mi cuerpo reacciona más normal que lo acostumbrado. Normal: dígase a vivir de noche, leer de noche, escribir de noche, mirar fotografías y películas de noche, escuchar a los vecinos que viven de noche como yo (que son pocos, uno, dos, en quién sabe qué casa) y comer de noche. En las tardes trabajo y desayuno. No es saludable, no se lo recomendaría a nadie. Me estoy pasando la comida más importante para el ser humano. Como frutas, exagero en las verduras que sí me gustan, tomo algo de jugo, como bien, porque como alguna vez dije… prefiero comer bien antes que coger. Es una de mis reglas secretas para la vida. Prioridad a la comida, luego te ocupas de las piruetas coquetas. Lo entenderán si alguna vez tienen hambre.

La coca cola y los cigarrillos me mantienian despierto. Vivir de noche es mi niñez otra vez, mirando los infomerciales y las telenovelas a un lado de mi madre, o bien, la compañía de una abuela silenciosa que me observaba mientras escribía, trataba de ver porno o buscaba un servidor decente para jugar Warcraft Brood Wars. Nunca entenderé por qué lo hacía. No tuvimos ninguna conversación real en esas noches. Algunas ocasiones, le contaba cosas, le contaba mi vida, le contaba lo que había leído y ella respondía con la brevedad acostumbrada. No cambiaba su expresión. Había noches en qué no pronunciábamos ni una sola palabra. Su vigilancia nocturna será un misterio, a no ser que acepte una posibilidad simple y es qué le gustaba verme, le gustaba que le contara cosas, le gustaba la compañía silenciosa. Supongo que es otra de esas reglas secretas del vivir que comprenderé con los años.

Vivir de noche es revivir mi adolescencia y mi entrada al mundo de los adultos, en aquel trabajo que exigía mi atención y mis ojos abiertos. Recuerdo las caminatas nocturnas en la Narvarte, en búsqueda de otro café de Nescafé (y bueno, muchas veces me regañan diciéndome que eso no es café, pero no es verdad. Ya tengo el sabor bien recordado en el sistema como café en una de sus variantes) y las otras caminatas largas, en la búsqueda por un lugar para cenar. Los tacos de la Maren, los tacos de la glorieta de Vértiz, los tacos del metro Etiopía, los sandwiches de un K o los tacos de bistec-tocino-queso en la esquina de Petén y Xochicalco. Vivir de noche son las caminatas con los amigos, los compañeros y los hermanos. De noche es la vulnerabilidad de los secretos, la resistencia contra el mundo y sus modos, el silencio bien recibido después de un día en qué la ciudad hizo todo para acabar contigo.

En Cholula donde no existe el tiempo, caminar de noche (y madrugada, ¿no es lo mismo?) es extraño, inusualmente silencioso. Algunas veces pasan las camionetas policiales, con sus sirenas que aúllan y rompen la pasividad nocturna. Otras veces, puedo escuchar el tren que todavía no he descubierto, pero ya sé más o menos por dónde pasa. Para llegar a la tienda a comprar un café que no es café, y a la vez, es el más delicioso del mundo (porque el recuerdo lo hace todo delicioso), debo pasar un terreno baldío con el pasto descuidado durante meses y un caminito formado por otros hombres que han tenido que cruzarlo. Puedo escuchar a las ratas, los grillos y quién sabe que otra fauna escondida. No dudo que haya algunos escorpiones y serpientes, de los inofensivos, pero aún así suficientes para espantar al chilanguito. Los vigilantes, de ciertos fraccionamientos, duermen sentados sin temor del ruido que hace el viento tocando las hojas de la mala hierba y el pasto crecido; cuando me escuchan levantan la mano y yo les doy las buenas noches. Me siento una especie de transgresor caminando Cholula de noche.

Será que no hay ventanas con luz en las casas. Uno de mis pasatiempos, era contar ventanas cuya luz estaba prendida y así, misteriosamente, no me sentía tan solo en el modus vivendi. En Cholula, las luces empiezan a encenderse a las cuatro y media de la mañana, cinco, puros madrugadores, y no me puedo relacionar con ellos. Pero ah… cuando encuentras una luz prendida a las dos o tres, sabes que están pensando, están cenando, están escribiendo o viendo porno, están viendo la televisión con alguien, están luchando contra la ciudad y sus demonios, están buscando algo… como tú.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Sabias que si estudias letras y...

1 Criticas Indeferentes

Este escrito fue hecho con el apoyo y algunas ideas de Sikanda. No es apto para el lector promedio.

  1. Si te leiste la divina comedia de buena gana a los 10 años.

  2. Buscas las faltas de ortografía, de una manera obsesiva, en cada cosa que lees.

  3. Y luego tratas de perdonarlo, porque piensas que el “autor” está siendo coloquial.

  4. Procedes a destrozarle la gramática, para no quedarte con el gusanito.

  5. Y después los puntos… los acentos… y la sintáxis… y los modismos… y el purismo…

  6. Ah si, la libre retórica a la licencia poética… si.

  7. Te encierras en la biblioteca, buscando referencias (filosóficas, psicológicas, sociológicas y ah, si… literarias), críticas, ensayos y haces los pies de página correspondientes, porque de alguna manera lo tienes que joder. Aunque sea el letrero de una fonda.

  8. Y a un lado de esos libros que necesitas (para joder al otro), tienes otros diez libros pendientes en tu lista.

  9. No se puede llamar escrito, no se puede llamar carta, no se pueden llamar garabatos o no se pueden llamar incoherencias. Se tiene que llamar texto.

  10. De igual manera, si abres la boca para citar a alguien, tienes que decir: “Hablando del texto de…”, “Recordaba el texto de…”. No, no es el poema de Baudelaire o el cuento de Monterroso. Es el TEXTO.

  1. También, para decir que leíste algo, no puedes decirlo de esa manera tan poco apreciativa. Tienes que decir: “Mi lectura…”

  2. Un estudiante de arquitectura, de ingeniería o de medicina no entiende a los “poetas malditos”. Los de letras si.

  3. Los adjetivos: “Onírico”, “Evocativo”, “Progresivo”, “Ambiguo”… se vuelven parte de tu vocabulario.

  4. Los estudiantes de medicina o diseño (o inserte su carrera aquí), se desvelarán haciendo maquetas o estudiando complejos diagramas de la anatomía humana. Pero los estudiantes de letras, sabemos que sólo con leer sus libros entenderemos a la perfección.

14 bis. Por eso te preguntas e inmediatamente exclamas–: ¿Y de qué se quejan? ¡Tan sólo tienen que leer el TEXTO!

  1. (México). Los espectaculares de Gandhi te parecen estúpidos, pero ingeniosos para el lector promedio.

  2. Desprecias el verso libre en público, clamas que la solución es el soneto. Pero a escondidas, siempre escribirás tus primeros poemitas sin sentido de rima o métrica.

  3. Crees, firmemente, que el cigarro te hará más interesante. A todos tus autores preferidos, los verás en fotos con un cigarrote en los labios.

  4. A medida que creces en tu carrera… amas a Borges y a Cortázar. Después los menosprecias por Joyce y Faulkner. Si te aburres de ellos, encontrarás al autor hindú que nadie conoce. Finalmente dirás, que nadie como Cervantes y Shakespeare. Para terminar con que el mejor autor, de todos los tiempos… fue, es y será Homero.

  5. Si alguien que no estudió letras, se atreve a escribir mejor que tú… aplicarás los puntos 2, 4, 5 y 7. Le entregarás un ensayo, con impecable ortografía, cubriendo todos los puntos y dos páginas de bibliografía, para que al final no lo lea.

  6. Si te crees Cortázar, aplicarás el orden que quieras en estos puntos.

  7. Los de letras, estamos particularmente interesados por todos los movimientos culturales de nuestra zona. Sabremos de teatro, de cine (artístico, no popular), de conferencias literarias y de como subir correctamente una escalera.

  8. Piensas en el reflejo y el contrarreflejo de un espejo. Y crees en el infinito. En tu mente, empiezas a cavilar como construir un laberinto.

  9. Escribes un e-mail, una nota o una carta y la guardas como borrador. Después, procedes a editarlo. Haces una relectura del TEXTO. Lo “maquillas” un poco. Vuelves a releerlo. Si te tiene satisfecho, lo leerás en voz alta. Si no, volverás a escribirlo. Este proceso puede durar indefinidamente. Luego por eso, no te preguntes porque un estudiante de letras no te escribe.

  10. Una palabra: metáfora. (Aplicable para ligar chicas).

  11. Te ligas a una chica con la frase–: Y cuando desperté, el mundo estaba ahí. Después te sientes culpable de plagio.

  12. O bien, te la ligas sentado en el parque, vestido de traje, dándole de comer a las palomas. No importa si tienes 22 años.

  13. Crees que has escrito, finalmente, un cuento que revolucionará la literatura contemporanea. Te sientes orgulloso, presentas el texto a un colega y este, después de leerlo, te dice: “Ahhh, si… me recuerda un texto de… ¿Quieres leer el mío?”

  14. No se dice: “Lo mucho que ha leído…”. Se dice: “Su nivel de lecturas…”

  15. Tengo un montón de ricos cocos canto canto canto y salta el pajarito –> Ejemplo, muy somero, de Stream of Consciousness.

  16. O de poesía surrealista. O de verso libre.

  17. Si escribes versos libres y no puedes recuperar el soneto, te tachas como neosurrealista latinoamericano.

  18. En una borrachera dices–: Si un pendejo como Márquez o como Paz, ganó el Nobel… ¿yo por qué no?. Cruda moral, al día siguiente. Como acto de contrición, relees sus obras.

  19. Hablando de borracheras. Un estudiante de letras que se precie, lo hará con vino. En honor a los poetas malditos.

  20. Para completar el ritual de las borracheras, preguntas a tus amigos cómo y dónde conseguir ajenjo.

  21. Dos preguntas. ¿Qué hace? ¿Cómo lo hace? Eso te resolverá la vida.

  22. Te inventas una palabra de cien letras para decir–: Salud. Y esperas obsesivamente que alguien estornude, para tener oportunidad de presumirla.

  23. Si tienes raices italianas, te las das de “improvisattore”

  24. Tienes un diccionario a la mano, nomás para joder a los “no-letrados” por si dicen alguna bobada.

  25. En cambio, si es con un colega… la discusión será extraordinaria, durará años. Inclusive, se cartearán con tal de no ceder primero. Al final, dirán que son grandes amigos en público… pero seguirán criticándose mutuamente.

  26. Cuando te deprimes, escribirás un buen poema en la servilleta mientras te tomas un café en algún lugar bohemio. Romperás la servilleta e inmediatamente después, pensarás que ese poema pudo ser el que llevara tu nombre a la trascendencia.

  27. ¿Quién es Agatha Christie?

  28. En serio, ¿quién es?

  29. Te preocupas por como escribir los números. Que tanto puede afectar académicamente, o a tu lector, si escribes 41 o cuarenta y uno o cuarentaiuno.

  30. Como odias los pies de página… pero bien que sabes que quiere decir cada abreviación en ellas. Y si no sabes, temes decirlo… no quieres tacharte de bruto.

  31. Si te apasiona un libro, anotas todas las referencias bibliográficas y te dispones a leer todos los libros citados.

  32. Llega tu mejor amigo (que no estudia letras, por supuesto) recomendándote un libro de autoayuda, y no sabes que decirle…

  33. Te prestan un libro de autoayuda para leerlo. Y si lo lees, jamás admitirás que provocó una reacción positiva.

  34. Te presentas en una reunión de gente variada y dices que eres estudiante o licenciado en letras, te preguntan que te parecen tal y tal libro… también de autoayuda.

  35. Te sientes orgulloso… has leído todos los clásicos, los postmodernistas, los naturalistas, los impresionistas, los realistas y los romanticistas. Y trabajas en publicidad.

  36. Cuando dices que estás estudiando letras, la gente te pregunta–: ¿Ah si? ¿Y esos de qué trabajan?

  37. Quieres ser Oliverio, en el “Lado Oscuro del Corazón”.

  38. Si eres hombre… cuando tratas de ligar a una mujer y se te escapa: “Ramera” (Los nervios, los nervios). Tratas de explicarle el sentido real de la palabra, o el contexto en que la utilizaste.

  39. En cambio, si eres mujer y le dices a un hombre–: “Libertino”. Él se siente completamente halagado.

  40. La sexualidad, estará presente en todo lo que leas. Edipo y Electra, no lo olvides.

  41. Si eres mujer, consideras a todo hombre no-letrado estúpido y superficial. Si eres hombre, ruegas porque una mujer estúpida y superficial tan siquiera te de los buenos días.

  42. El punto anterior… no tiene solución en que una pareja de letrados decidan estar juntos… No. Al final del día, siempre tendrán problemas por “la diferencia de estilo en su texto” y en su nivel de lecturas.

Si encuentras este texto, probablemente rías y evocará agradables recuerdo. O tal vez, provoque la escritura de una novela psicológica, o policiaca… O bien, puedes tomarlo como lo que es: Un texto insulso y mediocre.

Más importante–: Jamás admitirás haberlo leído.

miércoles, 9 de febrero de 2011

a San Valentín!

2 Criticas Indeferentes
No mami, se acerca el 14 de febrero, la neta a mi se me hace un día "X", puesto a que ammm... nunca he pasado el 14 con alguien o algo relacionado, con dicho tema, pero pues ammm... mi novia esta como que ilusionada por pasar el 14 conmigo y ver que se haga un lindo día, pero ammm... no tengo ni idea de que hacer con ella, pues ammm... no tengo ni un plan de nada, pero no mami...!!! si alguien tiene la solución de algo o alguna cosa así, pues ahi posteenme algo, ni modo, creo que ya me fregue xD y me di cuenta que soy un mandilon con ella o.o, creo que eso no suena chido o.o